¿Cómo se llega a eso?
Agosto de 2017. Miguel Pajares. Artículo publicado en El Periódico el 26 de agosto
El artículo reflexiona sobre cómo un chico educado desde niño en una ciudad europea (en este caso, Ripoll), se convierte en terrorista.
¿Cómo se llega a eso? El imán de Ripoll, Abdelbaki Es Satty, era (presuntamente) un criminal, uno más de los muchos que hay en todas las sociedades, pero él no hacía lo que otros, que violan y asesinan por sí mismos. Lo que él hacía era reclutar jóvenes para que cometieran los asesinatos. Y aquí es donde nos tropezamos con la pregunta más turbadora que muchos nos planteamos en estos momentos: ¿qué lleva a un joven común, cuya vida ha sido como la de cualquier otro, a dejarse reclutar por alguien que le está invitando asesinar y a llegar incluso hasta el suicidio? Younes Abouyaaqoud, el (presunto) terrorista que mató a 14 personas y finalmente fue abatido por los Mossos d’Esquadra cuatro días después en un acto que fue prácticamente un suicidio, había vivido en Ripoll desde que tenía 4 años; ahí había sido educado y era conocido por sus amigos y su entorno como un buen chaval, buen estudiante, buen compañero, aficionado al fútbol, alegre e inteligente. Buena persona. ¿Qué lleva a un chico así a hacer lo que hizo?
No tengo respuesta a esa pregunta, al menos no una respuesta completa, pero sí quiero aportar algunas reflexiones. Creo que Younes no pudo llegar a hacer lo que hizo sin antes haber adquirido una fuerte carga identitaria de pertenencia a una comunidad oprimida. Todo parece indicar que no se trata de una carga identitaria de tipo religioso, ni en su caso ni en el de la mayoría de los terroristas de corte islamista que han perpetrado atentados en Europa, ya que casi ninguno tenía formación religiosa. Se identifican como musulmanes, pero es posible que ello se encuadre más dentro del concepto de pueblo o nación que del de comunidad religiosa…
Para seguir leyendo, ve al artículo: ¿Cómo se llega a eso? El Periódico. 26-8-2017.
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